DÍA 1 Ciudad de origen - Roma
Vuelo destino Roma. Llegada y traslado al hotel. Bienvenidos a esta preciosa y colosal ciudad, donde se mezcla lo antiguo con lo moderno, ofreciendo una vibrante vida cultural y un ambiente único que atrae a millones de visitantes cada año. Rica en historia y cultura, cuna de Imperio Romano. Sus monumentos más emblemáticos, como el Coliseo, el Panteón y la Basílica de San Pedro, reflejan su impresionante legado arquitectónico y artístico. Además, Roma es un centro religioso muy importante, con la sede de la Iglesia Católica en el Vaticano. Y, como no, la gastronomía, un festín de sabores y tradiciones. Platos emblemáticos como la pasta alla carbonara, amatriciana y cacio e pepe reflejan la simplicidad y calidad de los ingredientes locales. Las pizzas al estilo romano, delgadas y crujientes y un buen “gelato” artesano saben mucho mejor en Roma. Alojamiento.
DÍA 2 ROMA
Estancia en el hotel y régimen seleccionado. Hoy descubrirás la ciudad a tu ritmo, en un bus turístico. Te daremos un ticket válido para 48 horas para que puedas ver todo con tranquilidad y comenzar mañana en el punto dónde te quedaste hoy. Sumérgete en la extraordinaria belleza y patrimonio de la ciudad con más de ocho paradas, convenientemente situadas cerca de los principales monumentos y atracciones de Roma, ¡Puedes subir y bajar del autobús tantas veces como quieras!. Sube al piso superior para disfrutar de hermosas vistas panorámicas y tomar la foto perfecta de los bellos monumentos de Roma, desde el Coliseo hasta la Basílica de San Pedro. Mientras disfrutas de las vistas, aprende los secretos de la ciudad gracias a los comentarios de audio multilingües. Bájate para hacer turismo a pie a tu propio ritmo con los recorridos a pie autoguiados incluidos o quédate a bordo para explorar durante horas: tú eliges. La primera parada será La Basílica de Santa María la Mayor (Basilica di Santa Maria Maggiore). Es una de las cuatro basílicas mayores de Roma, famosa por su impresionante arquitectura y rica historia. Fundada en el siglo IV, es un ejemplo destacado del estilo arquitectónico romano. La fachada de la basílica combina elementos del estilo clásico y del barroco, con un espléndido campanario de 75 metros que es el más alto de Roma. En su interior, destaca el espléndido mosaico del ábside, que representa a la Virgen María y al Niño Jesús, así como los mosaicos del siglo V que narran historias del Antiguo Testamento. La segunda parada será, como no, el Coliseo. También conocido como el Anfiteatro Flavio, es uno de los monumentos más emblemáticos de la antigua Roma y un símbolo de la grandeza de la arquitectura romana. Construido entre el 70 y el 80 d.C. durante el reinado de los emperadores Vespasiano y Tito, el Coliseo podía albergar entre 50,000 y 80,000 espectadores. El Coliseo no solo es un testimonio de la ingeniería y la arquitectura romanas, sino que también representa la vida social y cultural de la época. Los eventos que se llevaban a cabo allí reflejaban tanto la brutalidad como la fascinación del pueblo romano por el entretenimiento. A pesar de los daños sufridos a lo largo de los siglos debido a terremotos y la extracción de piedra para otros proyectos, el Coliseo sigue siendo uno de los principales atractivos turísticos de Roma. En la actualidad, es un Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y un símbolo de la historia romana. Tercera parada: el Circo Máximo, uno de los antiguos y más grandes hipódromos de Roma. Situado entre las colinas Aventino y Palatino, su construcción se remonta al siglo VI a.C. y fue utilizado principalmente para carreras de cuadrigas. Fue un lugar emblemático para eventos públicos y celebraciones. Cuarta parada: la plaza Venezia, uno de los lugares más emblemáticos de Roma, en el corazón de la ciudad y conocida por su impresionante monumento en mármol blanco de Vittorio Emanuele II, que rinde homenaje al primer rey de Italia. Continuarás hasta el Vaticano. Centro espiritual y administrativo de la Iglesia Católica y la residencia del Papa. Con solo 44 hectáreas, es el estado más pequeño del mundo tanto en área como en población. No dejes de visitar la Basílica de San Pedro: Una de las iglesias más grandes y famosas del mundo, conocida por su impresionante arquitectura y obras de arte, incluyendo la Piedad de Miguel Ángel. La Plaza de San Pedro: Un espacio monumental frente a la basílica, donde se celebran grandes eventos y misas papales y los impresionantes Museos Vaticanos que albergan una vasta colección de arte y antigüedades, incluida la Capilla Sixtina, famosa por su techo pintado por Miguel Ángel. La siguiente parada será en la Escalinata de la Trinidad de los Montes (Scalinata di Trinità dei Monti), uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad. Con sus 135 escalones, esta impresionante escalinata conecta la Plaza de España con la iglesia de Trinità dei Monti en la cima. Construidas en el siglo XVIII, las escaleras son un popular punto de encuentro y un lugar ideal para disfrutar de la vista de la ciudad. La zona está rodeada de boutiques, cafés y edificios históricos, lo que la convierte en un lugar vibrante y lleno de vida. La última parada es la Plaza Barberini, desde donde podrás acceder a la famosa Fontana de Trevi, la Galería Nacional de Arte Antiguo, donde se pueden apreciar obras maestras de artistas como Caravaggio y Raphael y dar un paseo o hacer compras por la vía Veneto. Alojamiento.
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