Tratamos datos personales de navegación, tales como direcciones IP o identificadores en línea, y utilizamos cookies, propias y de terceros, para analizar el uso de la web y personalizar nuestros contenidos y publicidad en base al análisis de sus hábitos de navegación. El acceso a esta web puede implicar la transmisión de dichos datos a las redes sociales u otros terceros cuyos botones o módulos estén disponibles en la web, con fines de marketing y otros propios de su responsabilidad. Tiene derecho a solicitar el acceso a sus datos, su rectificación, supresión o portabilidad, la limitación de su tratamiento ua oponerse al mismo, así como a presentar una reclamación ante una autoridad de control. Pulse el botón "Aceptar" para autorizar la instalación de todas las cookies, así como el tratamiento y comunicación de sus datos para las multas señaladas. Para Rechazar las cookies pulse en el botón "Rechazar". Para obtener más información sobre el uso de las cookies y sus derechos, acceda a nuestraPolítica de Cookiesoa nuestraPolítica de Privacidad
En apenas 4000km2 de isla conviven el carácter rural más auténtico con un entorno cosmopolita lleno de opciones de ocio, arte y gastronomía. Playas inmensas, recónditas, salvajes, con una sierra de las más icónicas y hermosas del mundo. Deportes de aventura con retiros espirituales. Lujo y sencillez, mar y montaña, paz y diversión, se abrazan a la perfección en esta isla considerada el último paraíso del Mediterráneo.
Placeres urbanos
Junto a la imponente catedral de Santa María, único ejemplar gótico construido frente al mar, se despliega una ciudad sembrada de terracitas, tascas y restaurantes, tiendas de artesanía y de marcas top, museos y galerías. Una capital amable y paseable que, en ocio y gastronomía, se lleva la palma.
Mercado de la calle Los
Los mercadillos forman parte de la esencia mediterránea; espacios callejeros donde se dan cita artesanos, agricultores y artistas para compartir sus creaciones: quesos, dulces, ropa, cerámica… Si quieres llevarte algo de la isla verdaderamente original y estar cerca de sus gentes, te llevamos a los mercadillos más auténticos.
La cara más auténtica de Mallorca la verás en sus pequeños pueblos. En los que se esconden entre sus montañas, los que descansan a los pies de sus valles, los más marineros y los de interior. Todos y cada uno de ellos son famosos por llenar los veranos (y buena parte del invierno) de fiestas inolvidables donde la música y los bailes populares no faltan.